Tuesday, November 14, 2006

Cali sin nada

IMPUBLICABLE

Omar Labruna

Por Wilfrido Franco García (OJO CON EL NOMBRE)
wilfri54@hotmail.com (POR FAVOR DEJAR LA DIRECCIÓN ELECTRÓNICA)

Cali sin fútbol. “Lindo” panorama. Nada más desolador que un gigante como el “Pascual Guerrero” solo y desolado. Nada más solo que un estadio solo. Gracias a la crisis económica del América y a los mercachifles que no saben un ápice de gerencia deportiva. Por otro lado, el boyante y rico Deportivo Cali, con sus miles de socios, con sus despampanantes sedes sociales, con sus piscinas oligarcas y su monstruoso estadio que tal vez, algún día inaugurarán (a propósito ¿Cuándo será?). Con una junta directiva que prometió el cielo y la tierra para que los incautos cayeran y los eligieran, para hacer el ridículo y a penas, terminó décimo de la tabla. Por vez primera salió el cuadro azucarero de los cuadrangulares y los culpables son todos. Los directivos por ineptos y mentirosos, los jugadores (con la excepción de Domínguez, Caballero y Patiño) por incapaces y sobre todo el técnico, por vender falsas ilusiones, hablar mucho, irrespetar demasiado y nunca haber consolidado un grupo básico en lo táctico y en lo futbolístico. Llamó “boludo” a un periodista, responde a las preguntas con prepotencia y siempre se escudó en que “en Colombia saben lo que es robar”. Nunca fue consciente de su fracaso y tanto es así, que no tiene vergüenza y al contrario de renunciar, se aferra a su millonario contrato, amparado por la pobreza de flujo de caja que parece tiene el equipo, en la novatada de una junta directiva inexperta que no deja hablar, ni decidir al único que sabe (Aurelio Grimberg) y en la mediocridad de un presidente como Rodrigo Otoya que nunca tiene tiempo para el equipo y siempre está a las carreras por sus miles de ocupaciones personales. Eso sin contar que su asesor de cabecera, Karim Gorayeb, creyó que el asunto era como manejar muchachitos de divisiones menores y que con el solo apellido heredado de su recordado padre, hacía la carrera suficiente para ser un gran directivo. Lo peor del asunto en el Deportivo Cali no fue su eliminación tras una crónica de una muerte anunciada; lo peor es que la gente no volvió al estadio, el promedio de asistencia del cuadro verdiblanco en el “Pascual Guerrero” no superó los seis mil espectadores y con la confirmación del inepto, grosero y pedante Omar Labruna como técnico, la gente se alejará más y el azucarero solo sumará nuevos bultos de sal.
P. D. “Pecoso” Castro nuevo técnico del Once Caldas…uno menos para el año entrante.

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